La Mascara es parte de quienes somos. Es lo que mostramos al mundo. Nuestra Mascara fue construida a partir de nuestras experiencias y las de quienes nos ayudaron a formarnos: nuestra familia. Si te atreves, podras reconocer en tus propias actitudes y en la de quienes te rodean, las mascaras familiares. Tanto aquellas que aceptas por creencias asi como las que rechazas, aquellas energias familiares que amas o las que odias. Todas ellas estan ocultas o manifiestas en ti, en la mascara que usualmente te calzas.
¿Que mascara nos pondremos hoy para enfrentar el mundo? Cada mañana, inconscientemente (o no), nos formulamos esta pregunta.
¿Nos pondremos la mascara de la risa?
¡Ojo! Si nos reimos mucho nos tacharan de locos, porque pensaran «¿de que se rie? ¿de la «realidad» del pais? ¿o de la caotica situacion mundial?». Esa mascara no, mejor descartemosla.
Busquemos otra, una de… tristeza ¡eso! ¿A ver como me queda…? La verdad es que me la pongo y me da ganas de llorar… ¿No sera mucho?
Si salgo asi a la calle a algunos les dare lastima (¿es eso lo que quiero? ¿que me tengan lastima?). Otros me huiran como si tuviera lepra. No quieren mas «palidas» ya tienen suficiente escuchando el noticiero por la TV o leyendo los diarios.
Mejor busquemos una mascara que ni ria ni que llore. Asi no nos juzgaran. Tal vez hasta pasemos inadvertidos.
El dia que quiera llamar la atencion tal vez me decida por alguna de las otras y me ponga la de «femme fatale» o la de «ingenua».
La mascara, siempre la mascara. Esto es una cuestion de familia.
Recuerdo que mi madre usaba «la mascara del esfuerzo y del sacrificio». Hasta la cara se le adelgazo para acomodarsele a ese rostro enjuto. La mascara de mi abuela: «Yo todo lo puedo, los demas son todos unos inutiles, no sirven para nada». La llevo puesta toda la vida. ¡Y la crei tanto…! Que de niña me dije «Cuando sea grande yo quiero tener una igual.» (No sabia lo que decia pero lo dije ¡y me compre una!!). A ver si todavia a alguien se le ocurre pensar que puede ser mas que yo ¿Acaso no saben que todos deben ser inutiles?
La mascara de mi padre: «Yo no estoy, conmigo no cuenten.» A esta mascara me llevo mas tiempo reconocerle su valor intrinseco porque de chica no me gustaba, ya que senti su abandono cuando el se fue de casa… Pero de grande ¡Como lo comprendi! El adquirir una mascara como la suya no fue facil, porque quienes la usan, viven huyendo. Pero cuando la consegui le dije: «¡Bienvenida seas!».Cada vez que no me gustaba algo, simplemente me ponia esa mascara y desaparecia. Asi pase mi vida huyendo ¿De quien? De mi misma. Mi unica hermana tambien se compro una y tarde mas de veinte años en encontrarla ¡Miren si sera efectiva!
¡Que cosa! Ninguna de esas mascaras me trajo felicidad pese a que venia garantizada con el envase. En mi vida trate de calzarme muchas veces esas viejas mascaras de familia. Cuando no me quedaron bien, me esforce porque me encajaran y vivi distintas etapas de mi vida, la vida que crei que hubieran vivido los miembros de mi familia primaria, simplemente, usando sus mascaras.
¿Saben que ocurre?
Como les pasa a muchos de Uds. no sabemos quienes somos. Pues somos solo Mascaras buscando ser amados en el mundo, complaciendo a quien se nos acerca por contrato de almas luciendo las mascaras del arcon de los recuerdos y tratando de que alguna de las que tengo le encaje. Hasta los force a los pobres haciendo lo posible y lo imposible porque les fueran mis viejas mascaras.
Pero cuando el otro se enojo y la arrojo al suelo y dijo: “¡Basta!”
¡Horror! ¿Que hizo? ¡Me engaño!
No. Simplemente se saco la mascara que yo le habia puesto para volver a amar donde yo busque ser amada, en mi familia primaria.
¡El trato tantas veces de ponerme a mi la mascara de su madre! Y yo me resistia firme e inconscientemente.
Pero el muy astuto sin yo darme cuenta, la hizo de goma y no rigida como la mia y la deslizo por debajo de la que yo usaba mientras yo dormia. Y el veia lo que queria en mi y yo lo que queria en el.
Ahhhh!!! ¡Cosas de la ilusion!
La mascara que mas tiempo lleve fue la de mi madre.
¡Como no desear imitar a alguien que se sacrifica, se esfuerza por sus hijas luchando siempre!
Era una martir.
“Yo quiero serlo” -dijo mi Ego Emocional niña en medio del delirio infantil de la ilusion. No fue facil. Lo intente. Juro que lo intente. ¡Que nadie diga que no respete la tradicion familiar de sacrificio, esfuerzo y espiritu de martir!
Para completar el juego me busque a un ser que la mascara de mi padre del “no te metas” le fuera bien.
Y el que busca… ¡encuentra! Lo encontre y se borro.
Y yo me quede con el sacrificio, el esfuerzo y dos hijos, como mi madre. Y cada vez me le parecia mas…
A mis hijos tambien quise darles mi papel de niña y el de mi hermana y les di nuestras mascaras de niñas estudiosas y obedientes con garantia de hijo perfecto. Pobres chicos…, habitantes futuros del siglo XXI usando antiguas mascaras de mitad de siglo ya en desuso. ¡Pero las amaba tanto! ¿Como iban a rechazar ese bien de familia?
¡Ah, esta juventud! Gracias a Dios las rompieron pronto y se pusieron la del padre que era mas comoda.
Y segui caminando sin saber aun a dónde iba, siempre con mis mascaras, buscando a ciegas como casi todos hacemos cuando nos sentimos solos sin Dios tras el velo de separacion. Porque Dios en ese entonces era solo una visita, no sentia que vivia en mi y yo en El. Eso creia yo.
Hasta que tanto peso de mascaras me empezo a sacar arrugas en el Alma. Entonces me di cuenta que a esas viejas mascaras de familia las guardaba porque ni a ellos (mi familia) ni a mi, nadie nos habia dicho que podiamos ser mas bellos sin ellas. Porque al final en el mundo, toda nuestra sociedad tiene mascaras «¿Quién no tiene una puesta? Quien no la tenga que arroje la primera piedra» – parafraseando al Cristo. Hasta hay quienes de su uso hacen una profesion: la politica.
Cuando me decidi a dejar de usarlas, tuve que sanar a mi niña porque lo unico que habia aprendido era a ponerse mascaras para que la quisieran. Al principio no fue facil pero ¿saben que? el Alma que se vuelve a Cristo rejuvenece porque el mejor lifting es no tener necesidad de usar mascaras. Los Cristos no las usan: simplemente son quienes son.
Asi que conociendo esta estrategia del juego podremos evitar que otros nos pongan sus mascaras o ponernos las que pensamos que ellos quieren ver.
Solo seamos Cristos buscando Almas.
Brinda Mair
Extracto del libro «Conexion con el Alma-Abandona el Laberinto» Autora: Brinda Mair – Ed. Kier
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