Solemos decir que las gracias nos construyen. Sin embargo la mejor forma de aprender es compartir. Y no se comparte solo haciendo acto de presencia mientras se dice gracias.
Cada dia que pasa, cada vez mas, las gracias son vacias de signicado como un «Me gusta» de Facebook que la gente pone en forma mecanica. O bien documentos de dudosa validez que se replican por la red sin que el que le da REENVIAR se cuestione o investigue o testee de alguna forma si es veridica o no, esa informacion. Al reenviar uno firma y da fe con su nombre de que aprueba lo alli escrito.
En la Edad Moderna se consideraba que la firma era la prolongacion de la mano y ella nos pertenece y compromete tambien a nuestra descendencia. Por lo tanto el poner la firma era dar fe de quien se era, de su valor, de su honorabilidad, de su fidelidad.
Hoy eso se ha perdido en medio de palabras vanas que no pueden soportar el tamiz de la buena fe. Debe ser porque es mas rapido cliquear y reenviar que tomar una pluma para firmar.
¿Quien no haya experimentado al menos una vez que un email comprometido se «disparara solo» desde la bandeja activandole un problema? Si no le ocurrio es porque no navega demasiado. Eso es porque la via de comunicacion es rapida, casi inconsciente y la persona que ha participado en este efimero evento, le resulta inconcebible asumir que con este acto esta «firmando» y «dando fe» de la validez o valor de lo que reenvia. Mientras que hoy dia cuando se firma de puño y letra, es un acto mas solemne que hasta le obliga a leer antes de rubricar.
El difundir sin validar lo que se reenvia nos pone a la altura de la prensa amarilla que es capaz de difundir una falsedad por falta de compromiso con la verdad o por interes de generar olas de rumor cuyo principal objetivo es incrementar la venta de sus publicaciones.
Hoy dia se reenvian tantas cosas sin detenerse a considerar lo que se esta haciendo o el alcance que tendra lo publicado, que el mundo entero es un rumor vivo… densas mareas de astral bajo alimentando al Plano Astral Planetario con densas emociones y deseos. Pero a diferencia de la prensa amarilla, ya no es tan facil identificar que es lo que esta a la venta… ¿Seran nuestros valores, nuestra moral? ¿o acaso sera el propio mundo entero?
Brinda Mair
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